Speedway Junky: peli teen queer de los 90

Hace unos mil años pillé en la tele Speedway Junky de madrugada. La película está protagonizada por Jesse Bradford (A por todas, Swimfan) y en su reparto cuenta con actores como Jonathan Taylor Thomas, Daryl Hannah, y pequeñas apariciones de Tiffani Thiesen y Taryn Manning (Crossroads). Os cuento de qué va esta peli y cómo casi le quitan 2.400$ a una de las actrices.

No es que sea una gran película y nos encontramos con otra historia sórdida sobre el mundo queer. Recuerdo en una charla sobre Call me by your name cómo Juan Sanguino comentaba lo necesarias que eran en el cine las historias queer románticas que mostraran un lado más positivo. Speedway Junky no es el caso.

A pesar de este gran problema y de que su trama es un desastre, los dos protagonistas consiguieron que me atrapara la historia. Me pasó aquella primera vez que la vi y cuando la he vuelto a revisionar. Jesse Bradford interpreta a un chico que abandona su hogar en busca de un sueño, quiere trabajar en la F1. Aparece por Las Vegas en busca de algo de pasta y es allí cuando conoce a Eric (Jordan Brower) un chico gay con el que traba una gran amistad y le pone al día en los teje manejes para sobrevivir en la ciudad.

Las drogas y la prostitución son los temas principales de esta historia, pero la amistad y el amor entre Johnny (Bradford) y Eric es lo único que la salva. El personaje de Eric se enamora de Johnny y, a pesar de no poder ser correspondido, se mantiene como un amigo fiel ayudándole en todo y salvándole en numerosas ocasiones. A mí estos dos me llegan a emocionar y aunque nada de la película tiene ningún sentido me emociona la relación de ambos.

Hay cameos extrañísimos como el de Patsy Kensit y una anécdota del detrás de las cámaras que me ha dejado flipando. Un miembro del equipo de la película encontró el año pasado un post en reddit habando sobre ella y se dirigió a Twitter para rememorar ese momento.

En una de las escenas dos personajes jugaban a las tragaperras. La actriz Shevonne Durkin metió una moneda que le dieron para la escena, tiró de la palanca y ganó. Lo que podría ser una buena noticia a la pobre muchacha la sumió en una tremenda vergüenza porque tuvieron que volver a preparar toda la escena y comenzar de nuevo. La jefa de los recreativos en el que grababan tuvo que preparar también la máquina otra vez y resetear el premio.

Uno de los productores, Randall Emmett (especializado en cine de acción directo a vídeo), se quejó y exigió que el premio fuese directamente a los productores de la película ya que la moneda usada era parte de producción y la actriz solo estaba fingiendo jugar. El resto del equipo se reveló contra él y uno de ellos dijo: «ella ha tirado de la palanca, el dinero es suyo». Tuvo que ir la jefa de los recreativos a poner orden y recordarle al productor que en Nevada la ley dice que quien activa la máquina es quien se llevaba el premio.

Ella se quedaría el dinero hasta que terminaran la escena y se lo entregaría a la actriz de forma privada, y que si de alguna forma se enteraba de que le quitaban el dinero a la actriz llamaría a la policía. El equipo celebró la noticia para más vergüenza de la pobre actriz. Christopher Morlock que es quien cuenta la historia comenta que en las producciones de poco presupuesto siempre suele haber problemas con los productores, pero que Emmet era el que se llevaba la palma.

No me puedo imaginar lo que cobraría esta actriz por su participación en la película, pero dudo mucho que fuese mucho y que encima tuviese que pagar a las productores un premio que había ganado ella es de ser un poco miserable.

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