¿Os acordáis de aquellas batallas de celebrities de plastilina que hacían en la MTV? Era una cosa loquísima (no sé si más o menos que batallas de celebrities haciendo playbacks de canciones…) que me encantaría aplicar en mi vida diaria cuando no sea capaz de decidirme entre dos cosas; las pondría a pelear en formato plastilina y hala, la que gane esa es mi decisión. Esto me pasaba esta semana con dos películas de “terror” que quería ver en cine: Slender Man y Unfriended: Dark Web. Al final vi las dos porque tengo una tarifa plana al mes (pago lo mismo vea una película o vea 17) y me ha salido cara con una y cruz con la otra (la cruz con la del señor alargado, ¡y vaya cruz!).
Erik Knudsen dirige Slender Man y se dice que al pobre le han cortado cachos de la peli para hacerla mas para todos los públicos… bueno, pues fracaso total. Aquí no hay nada, tan solo un personaje curioso al que no han sabido crearle una historia o un pasado O UN MALDITO MOTIVO PARA CARGARSE A LOS CHAVALES. Pero lo peor de todo no es eso, lo peor de todo es que NO HAY UN SOLO SUSTO y que esos PERSONAJES DE CARTÓN son insufribles (Joey King estaba bastante mejor en Siete Deseos). Una película horrorosa que, francamente, cuesta terminar.
La segunda de Unfriended (o Eliminado en España) está bastante mejor y en comparación con Slender Man es una obra maestra. Aunque tarda demasiado en arrancar, hay tensión, hay buenas ideas y sigue siendo una fascinante exploración de la vida teenager a través de sus laptops. Es inferior a la primera Unfriended sobre todo por dos cosas: NO HAY SUSTOS (lo que empieza a ser un serio problema incluso en las películas de las que soy fan) y la trama se vuelve over-complicated en ciertos momentos; imaginad una versión chunga de Nerve sin acabar de estar bien resuelta. Pero bien, entretiene y cumple.