¿Qué pretenden los programas dobles de Brenda Forever? Pues evitarte esos 10-15 minutos de indecisión hasta que le das al PLAY… Aquí vamos a tiro hecho, buscándole algún nexo de unión a las dos propuestas. Nuestra primera sugerencia de hoy es…
WHAT IF…? (2021): Esta antología demuestra que Marvel Studios rara vez entrega un producto que no sea a) Entrenenido; y, b) Con buena factura. El primer episodio, el de Peggy Carter (maravillosa Hayley Atwell en las pelis, aquí poniendo la voz) como Capitana Britania partiendo crismas nazis está muy disfrutón, con una animación mucho más bonita de lo que me esperaba. Parece ser que está muy feo decir que ciertos momentos de la batalla me han recordado a la primera Wonder Woman (que a su vez recordaba a partes de la primera Capitán América)… así que no lo diré. Del segundo episodio me perdí algunas cosas porque no he visto ninguna Guardianes de la Galaxia, y se me hizo más pesado que el primero, pero me hizo gracia escuchar al tristemente fallecido Chadwick Boseman ponerle la voz de nuevo a Pantera Negra (aquí nuevo Star-Lord). A ver si los siguientes episodios se parecen más al primero.
Y,HABLANDO DE SERIES DE ANIMACIÓN CON HÉROES, VILLANOS Y LÍNEAS JUGUETERAS, QUÉ MEJOR QUE NUESTRA SEGUNDA RECOMENDACIÓN DE HOY:
MASTERS OF THE UNIVERSE: REVELATION (2021): Os confieso que me lo pasé bien con el primer episodio pero que no me enteré mucho de los cuatro restantes, ¿soy, definitivamente, un anciano o es que la narrativa de la serie es un poquito enrevesada? En cualquier caso, una cosa competente orquestada por Kevin Smith y absolutamente recomendable para los fans de la franquicia (yo lo era de peque). Acto seguido me vi el especial de media hora con Mark Hammill, Sarah Michelle Gellar y toda la peñita; y el documental Power of Greyskull (al que le quedaban pocos días en Netflix) y esto lo disfruté mucho más. Tengo pendiente volver a ver la peli de los 80 porque las cándidas palabras de Dolph Lundgren me han emocionado un poquito.
Más programas dobles coming soon to Brenda Forever. Si has visto recientemente dos pelis, series o patinetes motorizados que puedan hacer un buen combo, no dudes en recomendarlas en los comentarios.
¿Cuál es el propósito de estos programas dobles que sugerimos en Brenda Forever? Pues evitarte esos 10-15 minutos de ir pasando cosas en tu plataforma de contenidos hasta que decides qué ver… aquí vamos a tiro hecho, buscándole algún nexo de unión a las dos propuestas. Nuestra primera sugerencia de hoy es…
THE INTRUDER (2019):Esto es un locurón que flipas. Dennis Quaid, uno de los actores más populares de los 80 y parte de los 90 (ex de Meg Ryan y papá de uno de los actores de Scream 5, NEVER FORGET), se reinventa en plan psicópata para incordiar a la pareja que le acaba de comprar la casa. El póster de la peli lo deja bien claro: «Tu casa. Su hogar». O sea que cuidado con Dennis, que cuando se le va la pinza… Esto es una tv-movie de manual que a mí me ha entretenido muchísimo, si acaso me falla ese final alargado y predecible. Lo demás, el Dennis unleashed (que hasta le copia planos a Jack Nicholson en El Resplandor), los dos actores que dan vida al matrimonio acosado y un guión que aguanta bien el tipo me han convencido más de lo esperado. La peli se adscribe al noble género del domestic noir que tanto me gusta (una pena que no pudiera celebrar de igual manera la flojísima The Woman in the Window con mi querida Amy Adams).
Y, HABLANDO DE ACTORES QUE FUERON MÁS FAMOSOS EN DÉCADAS ANTERIORES PROTAGONIZANDO AHORA TV-MOVIES DE MEDIO PELO, HE AQUÍ LA SEGUNDA SUGERENCIA DEL DÍA…
ILUSIONES MORTALES (2021):Si la de Dennis Quaid era un «locurón que flipas», ¡espera a ver la de Dermot Mulroney! El actor, que me cae de lujo desde que le vi en este vídeo junto a su amiga IRL Julia Roberts y que será eternamente confundido con Dylan McDermott, se mete en un fregao de cuidao cuando sospecha que su mujer novelista (Kristin Davis, a la que no soporto desde que se casó con Billy y se lo robó a la pobre Alison -FACT-) podría estar manteniendo relaciones con la nueva niñera. El guión de esto es un despilporrio y solo la terminé porque el amigo Mulroney es un profesional y cumple con todas sus secuencias por muy marcianas que estas sean (que lo son) y por muchas piruetas imposibles que tenga la historia (que las tiene). No puedo recomendarla en plan «es una buena película» pero si te apetece ver algo loco y de lo que reírte un rato tras seguir con genuino interés su primera mitad… ¡esta es tu peli!
Más programas dobles coming soon to Brenda Forever. Si has visto recientemente dos pelis que puedan hacer un buen combo, no dudes en recomendarlas en los comentarios. O si quieres que hablemos de dos pelis en concreto que harían una buena sesión doble, pide por esa boquita.
¿Cuál es el propósito de estos programas dobles que sugerimos de vez en cuando en Brenda Forever? Pues ni más ni menos que evitarte esos 10-15 minutos de ir pasando cosas en tu plataforma de contenidos hasta que decides qué ver… aquí vamos a tiro hecho, buscándole algún nexo de unión a las dos propuestas. Nuestra primera sugerencia de hoy es…
MONSTER TRUCKS (2016) es una tontería mú grande pero, ¿quién iba a sospechar que el prota tendría carisma para dar y regalar y que en el guión tendríamos inesperados golpes cómicos que funcionan la mar de bien? Pues eso, el nuevo MacGyver televisivo (Lucas Till, sobradísimo) y la adorable Jane Levy (que tiene un timing cómico inmejorable -una pena que no se lo dejaran usar en aquella serie de Renee Zellweger-) se meten en una historia tipo E.T. o Liberad a Willy en la que tienen que huir de LOS MALOS para poner a salvo a un monstruito que quiere volver a su casa y que se queda a vivir… dentro de la camioneta del chaval. ¿Tonta? Mucho. ¿Ridícula? Sin duda. Pero, ¿saben todos los implicados que esto es una comedia bobalicona pero con algo de corazón y cierto saborcillo noventero? Lo saben y se comprometen y a mí me han hecho pasar hora y media la mar de entretenida. Hoy en día está la cosa como para pedirle peras al olmo.
Y, hablando de películas que beben de varias influencias y que recuerdan poderosamente a películas de los 90, he aquí la segunda sugerencia del día…
FEAR STREET PART ONE 1994 (2021) es una curiosa propuesta de Netflix ya que viene en tres raciones, servidas en semanas consecutivas, cada una de ellas tirando del hilo de una historia que nos llevará también a 1978 y 1666. La primera de ellas, la de 1994, empieza con un fuerte aroma aScream(a Marco Beltrami debieron pedirle que compusiera exactamente la misma música que para aquella) para ir derivando en una mezcla de géneros y conceptos que van a tanta pastilla que agradará a espectadores a los que no les importe demasiado cosas como «seguir la historia» o el «arco del personaje». Sí, esto lo dice el mismo tipo que acaba de defender Monster Trucks (que es más sencilla que el mecanismo de un chupete pero al menos no necesita continuos golpes de efecto y bandazos argumentales para armar una historia, por muy pobre que esta sea). En cualquier caso, es un producto muy bien empaquetadito, con una factura visual y un soundtrack lleno de hits de la época ante los que solo queda doblarse. Me apetece darle una oportunidad a la segunda parte, que parece ser irá por terrenos más Jasonvorheescos.
He aquí el peculiar Programa doble que propone Brenda Forever para el día de hoy (o para el día en que leas este post, INTERNET ES PARA SIEMPRE). Hoy damos la sorpresa hablando primero de una serie y luego de una peli que se desarrollan en nuestro escenario favorito de todos los tiempos: EL HIGH SCHOOL (el americano, claro, el español no tiene taquillas y a dónde vamos con eso). Antes de esto, si quieres empollarte nuestros anteriores Programas dobles, solo tienes que pinchar aquí. Ahora, sí, vamos al combo de hoy:
Vice Principals (2016 y 2017): Simple y llanamente, una de las comedias con las que mejor me lo he pasado en los últimos años. Nunca me había hecho gracia Danny McBride pero aquí por fín le pillé el punto, no solo a su actuación (divertida, desesperada, psicópata) sino también a su guión y dirección. Su compañero de reparto, Walter Goggins, es un ciclón y, para mí, “se roba la serie”. El argumento es chachi: tras la muerte del director de un instituto (¿o era su dimisión? Perdonad pero es que mi mente ya no…), dos subdirectores que se odian entre sí sueñan con ocupar el cargo vacante. Sin embargo, cuando llaman a una directora de otro instituto para hacerse con el puesto, los dos formarán una alianza para hacerle la vida imposible a la recién llegada y echarla de allí como sea… pero, literalmente, COMO SEA.
Lo que en apariencia es una comedia algo malhablada pero poco más se convierte poco a poco en algo más chungo y fascinante. No esperéis más y lanzaros a por ella de cabeza. Tengo pendiente la segunda temporada (¡¡porque llevo años intentando engancharme a Riverdale!! ¡¡Oiga, Archie, me debe usted unas temporaditas de series!!).
Los pasillos del instituto dan para mucho; no solo podemos disfrutar en ellos de comedia negra con gotas de thriller sino también de drama intenso con juegos psicológicos, que es justamente donde se zambulle la siguiente película…
Luce (2019): He aquí una de esas películas de las que no te esperas nada (porque, sencillamente, no sabes nada de ella) y que va y te deja torcuato. Un chico afroamericano un poco cansado de ser el poster boy de “mis padres adoptivos me sacaron de un país en guerra y mira ahora qué buenas notas saco y qué buen atleta que soy” empieza una guerra dialéctica y psicológica con una de sus profesoras. Los padres dudan de hasta qué punto conocen realmente a su hijo y si será verdad que esa profesora le tiene manía…
Aprovecho este espacio para pedirle al cine de Hollywood o al cine español que rueden de una vez la película “Mi profe me tiene manía”, pero que sea de verdad de un profesor que la toma con un alumno porque sí, es decir, LO QUE ERA LA REALIDAD DEL HIGH SCHOOL EN ESPAÑA. You know this is true.
Luce es una peli que no afirma nada al 100% sino que siempre se queda en la ambigüedad, dando argumentos a todos los personajes para hacer lo que hacen (y dándote a ti la posibilidad de discutir la peli durante varios días tras su visionado). Una película quizá un poco teatral (el guionista y director se la trae directamente de las tablas) pero que propone puntos de vista interesantes sobre la paternidad, el papel que nos toca representar en la sociedad, la autoexigencia, el racismo y hasta el movimiento MeToo. Además, salen Naomi Watts, Tim Roth, mi querida Andrea Bang de mi querida Kim’s Convenience y los excelentes Octavia Spencer (esta crack siempre está de diez) y el protagonista Kelvin Harrison Jr. (que simplemente lo clava).
Traemos de vuelta a Brenda Forever nuestro Programa doble, donde recomendamos dos pelis o series o envoltorios de Donettes que compartan algún elemento en común, ya sea el color del pelo de los protagonistas o la forma en la que los secundarios enuncian sus frases (no suelen ser ninguno de estos dos factores, pero podrían serlo). Hoy hablamos de dos películas de Mike Flanagan, un señor que hace cosas de miedo que te ponen nervioso como un flan-agan (¿lo captáis?… sorry). Antes de ello, si quieres empollarte nuestros anteriores Programas dobles (hay uno centrado en princesas que es para no perdérselo), tan solo tienes que pinchar aquí. Ahora, sí, vamos al combo de hoy:
Ouija: El origen del mal (2016): Una precuela que le saca bastantes cabezas de distancia a la original Ouija, de la que lo único que recuerdo es una trama bastante plana y actrices desaprovechadas (Olivia Cooke de mi vida). Aquí tenemos todo lo contrario, sustos de manual que funcionan como un reloj y estupendas interpretaciones de todo el reparto… que se iría de la mano de Flanagan a la estupenda serie de Netflix esa de la casa antigua y grande donde pasan un montón de cosas inquietantes (yo no podría pasar allí ni media tarde, ni que me saquen unos manolitos con el café). Esta Ouija: Origins of Evil pasó un poco desapercibida al no inscribirse en el Warrenverso y por ser la continuación precuelística de una peli bastante chunga, pero os la recomiendo muy fuerte; es un terror clásico más de atmósfera que de saltos de butaca (que alguno hay de regalo).
Tres años más tarde, Mike Flanagan nos presenta en cines su nueva película como director, de nuevo una segunda parte de una cinta de terror, aunque en este caso la original era ligeramente más conocida que la vez anterior…
Doctor Sueño (2019): Esta película es la secuela de dos cosas al mismo tiempo y me fascina ya de entrada solo por esto. Por un lado, debe continuar la historia que contó Kubrick en El Resplandor (alterando ciertos pasajes y buena parte del tono de la novela de King); y, por el otro, trasladar a la pantalla el contenido de la novela Doctor Sleep, la segunda parte de El Resplandor escrita por Stephen King (que, lógicamente, no tiene en cuenta lo creado por Kubrick en su película). El resultado es un fascinante producto muy bien rodado y actuado, con menos MOMENTOS YUYU de los que me hubiera gustado pero con sentidos homenajes a la peli original y un profundo respeto a la novela del escritor de best-sellers. Me da pena que haya recaudado tan poco y que vaya a quedar como un resbalón en la carrera de Mike Flanagan. Id a verla, no es fabulosa, pero es un viaje muy recomendable.
Si no sabes qué ver cuando llegas a casa, te recomendamos un programa doble que te va a dejar turuleto. Hoy apostamos por un combo de slashers que tienen ya sus añitos pero que se han ganado su fama a base de esfuerzo…
Leyenda Urbana: De todas las “hijas de Scream”, esta es mi favorita. El disfraz del asesino, aunque no tenga sentido, me chifla (originalmente la acción transcurría en invierno, de ahí el parka); hay dos o tres muertes originales de verdad (la inicial o la de la chica gótica, por ejemplo); y el reparto es un auténtico locurón, aquí hay metida peña que ha salido en Pesadilla en Elm Street, Dawson Crece, Sensación de Vivir, Halloween, Escuadrón Suicida… solo falta uno de Alsa, to be honest.
La peli tiene segunda parte y hasta tercera, en serio. Y ya que hablamos de leyendas… ¿os sabéis esa de un tuno en la Universidad de Salamanca que se dedica a matar a la peña? Pero no en plan random, no, ¡solo a los malos estudiantes! Qué movidote…
Tuno Negro: Admito que esta “Scream a la española” (¡con Maribel Verdú haciendo de Drew Barrymore!) no es la cumbre de la cinematografía patria, pero también admito que en cine me lo pasé bomba con ese tuno loco matando peña en Salamanca como el mejor serial killer americano.
¿Que Jorge Sanz no tenía ya edad para seguir en la universidad? Pues mira, no sé, aquí hay muertes cachondas, sale Eusebio Poncela con ese tono suyo que se te ponen de corbata aunque diga “buenos días”… y hasta aparece Silke, recordándonos que una vez fue just the most popular person in Spain. Y también está Fele Martínez, que tiene el dudoso honor de salir en esta y en El Arte de Morir, otro slasher nacional de la época con su propio póster de cabezas flotantes. La peli fue de las más taquilleras el año de su estreno (2001) y perdonadme que os diga que el hecho de no haber sacado una secuela al año siguiente demuestra que nuestra industria está un poquito dormida para estas cosas. Escuchad este podcast si queréis sorpresitas de tunos negros.
El otro día apareció entre los posts más vistos (SO HOT RIGHT NOW!) uno en el que recomendábamos Programa de protección de princesas yPrincesa por sorpresa (ni Roma ni historias). Esto del “programa doble” iba de recomendar pelis que tuvieran algo en común entre ellas, ya fuera el argumento, el director o el color de la camisa de los protagonistas. Bueno, pues he aquí un nuevo programa doble para ahorraros esos 6 MINUTOS ETERNOS de indecisión en Netflix o lo que tengáis en casa:
Tras el estreno del film, los clubes de natación de USA cerraron en masa
Fanática (2002): Este remake-plagio de Atracción Fatal pero en versión teen y sustituyendo el mundo de los negocios por el de la… natación sincronizada (what??) tenía su cosilla sobre todo en su parte inicial, cuando van creando intriga y no sabes cuándo le va a estallar todo en la cara al protagonista. Luego, cuando le explota, se les va un poco de las manos pero, eh, teen fun. A mí además es que esto de los thrillers de una persona que enloquece y que acosa a otra persona siempre me ha interesado muchísimo, creo que tengo un problema. El trío protagonista tiene su aquel: Jesse Bradford (actor que tuvo sus 15 minutos de gloria teenager a finales de los 90-principios de los 2000), Erika Christensen (ella fue el motivo principal de que me tragara esta serie) y Shiri Appleby (mi adorada Liz de Roswell 1.0).
Y, siguiendo con Jesse Bradford, es la hora de recomendar otra de sus “joyas”…
Este tipo de efectos es el de la película, no os creáis
Clockstoppers (2002): Pues mirad, esto era una cosa rara de unos chicos que podían parar el tiempo a su antojo. Esto en una comedia adolescente, a priori, tendría que dar muchísimo juego (los nerds vengándose de los jocks volcándoles la leche encima en la cafetería, los chicos colándose en las duchas de las chicas, ese estudiante que no ha estudiado para el examen parando el tiempo y sacando todas las respuestas del libro…), pero no es que le saquen mucho partido, la verdad. “Ah, ¿entonces por qué la recomiendas?”, me encanta que me hagas esa pregunta. Pues mira, la recomiendo porque sale Paula Garcés (Francesca en la peli), a la que muchos conoceréis de la segunda temporada de On My Block y, sobre todo, Michael Biehn, que en la primera Terminator lo petaba pero bien (these are the facts).
Por cierto, atención a este datazo: la casa en la que vive Francesca hace las veces de instituto en Halloween H20 y de mansión en la reivindicable Scream 3. ¿O qué creías, que aquí veníamos sin documentarnos?
Tamsin Egerton, una actriz inglesa con curiosidades en su carrera como lucir palmito en la reciente «Grand Piano» junto a Elijah Wood o ponerle la voz al personaje de Lara en la película de animación «Justin y la espada del valor» (financiada en buena parte por Antonio Banderas), interviene en las dos películas de este programa doble. La primera película es una de las peores cosas a las que me he enfrentado en la vida (en las películas o en cualquier otro campo), si bien adapta al cine una propiedad de indudable curiosidad; mientras que la segunda es una cinta de Noel Clarke cuyo mayor interés recae en la buena labor de su reparto, que es bastante solvente y en el que, además de Tamsin, podemos encontrar a una de nuestras chicas favoritas: Emma Roberts.
Supercañeras, el internado puede ser una fiesta
Acudía uno ilusionado a esta película teen tan conocida. A lo largo de los años, «St Trinian’s» (su título original… mucho menos folklórico que el español) ha ido acumulando cierta fama si no como película de culto, sí como cinta con personalidad en el (casi siempre) formulaico y repetitivo género adolescente. Y personalidad, desde luego, tiene. No se le puede negar a estas chicas «supercañeras» una personalidad propia, bien marcada y definida, alejada de la normalidad imperante en la mayoría de las películas de institutos (aquí un internado). Ahora bien, ¿cuántas loas merece un perro verde por el simple hecho de ser verde? Su naturaleza marciana es el único reclamo con el que cuenta una historia surrealista, aturullada y muy mal contada.
Seguir el argumento de esta película no es fácil, tal es la cantidad de personajes, tramas, tonos, conceptos y locuras varias que se vierten en la pantalla. Parece ser que el modo de proceder de los responsables (Oliver Parker y Barnaby Thompson) era el de «todo a la cazuela» y, claro, el potaje queda de un raro que asusta. Sí, es una metáfora de parvulario, pero al menos se entiende, no como esta historia de un internado loquísimo para chicas que, para evitar el cierre, debe recurrir a medidas extremas, como mandar a sus chicas a robar una famosa pintura que popularizó en cine Scarlett Johansson. Toma ya.
La película está inspirada por unos dibujos de las alumnas del internado St Trinian’s hechos por Ronald Searle, artista y dibujante británico que se inspiró a su vez en la escuela real para chicas St Trinnean’s de Edimburgo (Escocia). Supongo que lo más interesante de la película es cazar todas las referencias a «Orgullo y Prejuicio» y a las propias vidas y filmografías de la lista de actores que intervienen en ella, casi tan excesiva como el propio film: Rupert Everett (en un papel doble de señor viejo y de señora vieja que abre el film y que indica claramente por dónde van a ir los tiros), Gemma Arterton, Juno Temple, Mischa Barton, Lily Cole (con ese rostro tan único), Colin Firth, Russell Brand, Lena Headey, Toby Jones, Lucy Punch, Caterina Murino, Stephen Fry… y al final hasta sale cantando Cheryl Cole con las Girls Aloud. Todo muy loco.
F
4. 3. 2. 1
Las razones para rodar una tontería como «4. 3. 2. 1» se me escapan. No cabe duda de que Noel Clarke, el guionista y co-director del invento (comparte labores de dirección con Mark Davis) es un tipo talentoso: esta cosa está dirigida y montada con una profesionalidad fuera de toda duda. El producto le ha quedado muy resultón. Si no lo sacas de la caja, esto es. ¿A cuento de qué este vacío ejercicio estilístico, esta especie de video-book para enseñar en las entrevistas de trabajo? Qué pena que lo de contar una buena historia, otra vez, haya quedado en un segundo plano.
Porque en esta historia a cuatro bandas tenemos cuatro relatos, acelerados e hipervitaminados, a cual más loco, en los que únicamente importa el ajetreo, el impacto, lo de epatar al personal. Que parezca que le estamos contando algo «muy fuerte», aunque estemos vendiendo humo. Alguna de las historias es soportable, claro; la de la chica «emo», con sus lloros y padecimientos, se sostiene sobre la potente interpretación de su protagonista (una interesantísima Ophelia Lovibond -el nombre es genial, ¿verdad?-); y la de Emma Roberts parece intentar querer contar una de esas cosas, cómo se llama, ah, sí, un relato, unos pequeños sucesos sobre unos personajes… pero, como siempre en esta película tan enamorada de su propio esplendor, acaba degenerando en una especie de «Pulp Fiction» de saldo que no se cree (ni le interesa) a nadie.
Es una pena que la pericia que demuestra el director en la sala de máquinas esté aplicado a la nada más absoluta. Y es que, cuando lo más memorable de tu película «rompedora» y «moderna» son los cinco minutos del actor/director/showman Kevin Smith sacando su lengua a pasear (monólogos, nada guarro), es que tienes un problema de contenido importante.
¿Cómo de valiente, indie y alternativa puede ser una película que acaba reuniendo más convenciones que «Transformers»? «El arte de pasar de todo» («The art of getting by», Gavin Wiesen, 2011) es todo lo que esperáis que sea: una historia de descubrimiento mútuo entre el rarito de la clase y la medio-popular y mona que se interesa por él… pero solo hasta cierto punto; con banda sonora repleta de temas «de pensar» y/o «de sentir» según indique la secuencia (ahora paseo por «el Village» alegre, ahora pinto con rabia a gente matándose en mi cuaderno…); y con muchos planos «bonitos» tipo un pincel deslizándose por un lienzo y extendiendo lentamente la pintura… En fin, una película indie de libro que tiene muy poquito que contar y, lo que cuenta, lo hace sin demasiada gracia.
La historia es transparente como el papel cebolla y aquí no hay más que el típico adolescente desencantado de la vida y en busca de sí mismo (lleva abrigo hasta en las fiestas en casa de sus compañeros, por aquello de mantener su independencia…) que acabará encontrando la paz y el rumbo emocional gracias a la chica convencional-pero-no-tanto (oh, sorpresa) de su misma clase que, al igual que él, también tiene una de esas familias que se hacen llamar «disfuncionales» (aunque habría que revisar este término si son estas las que, como parece ser, son mayoría).
Al menos la película es corta, apenas dura una hora y cuarto, y es sostenida por los profesionales y solventes hombros de dos intérpretes de garantías: el siempre excelente Freddie Highmore (cuya relectura de Norman Bates en «Bates Motel» merece un visionado) y la interesante Emma Roberts, que está labrándose una sólida carrera en Hollywood a base de alternar proyectos mega-comerciales («Scre4m», «Somos los Miller») con cintas mucho menos populares como esta. Como curiosidad queda la presencia de Sasha Spielberg (sí, la hija de ese Spielberg), la recolocación profesional de Alicia Silverstone (tantísimos años después de «Fuera de onda») interpretando ahora el papel de profesora; y las buenas maneras de Michael Angarano. Este actor de rostro intrigante y me atrevería a decir magnético (otros podrían decir «de rostro como de armadillo») ha aparecido en películas como «Red State» o «Sky High, una escuela de altos vuelos» y deja aquí su poso como amigo guaperas del protagonista. Que también es artista y se desvela en las noches para usar sus tubos de pintura. Correcto.
C-
Empire State
Que no os engañe el cartel de la peli con esta fotaca de The Rock a tamaño gigante, o sea, su tamaño natural. Empire State (Dito Montiel, 2013) no es una película de The Rock, o al menos no es su historia. Es la del personaje de Liam Hemsworth, que intenta brillar pero no pasa del aprobado raspado en una típica historia de atracos y personajes que intentan escapar de su destino (palabra clave: intentan).
El primer tiroteo de la película está filmado con garra y crudeza, pero toda la emoción e interés de ese momento no se extiende al resto de la película, que resulta sosa, manida y genérica a más no poder. Así, lo único que tenemos es mucha escena familiar de la familia italo-americano del protagonista (el director suele rodar películas que recuerdan de algún modo a su vida en Astoria, barrio de Queens, Nueva York) y un montón de planes que salen mal con trágicas consecuencias para la mayor parte de personajes que pueblan el metraje, que no tienen nada especial o memorable por lo que merezcan ser recordados. Curiosamente, el actor Michael Angarano vuelve a hacer de secundario y se las apaña para llamar bastante la atención, con lo que centrar el foco en su historia quizá hubiera dado una mejor película.
A Liam Hemsworth, que se limita a cumplir con un papel bastante tópico, le acompañan otras presencias adolescentes como Emma Roberts y Shenae Grimes (Annie en «90210») con apariciones que no deben llegar a los cinco minutos sumando todas sus escenas. Pensándolo bien, los productores han hecho lo más inteligente al sacar a The Rock como cabeza de cartel. Tiene más carisma en su dedo meñique que todos los miembros del reparto juntos. Y que toda la película.
Aquí seguimos como cada viernes recomendando un par de pelis teens con algún tipo de relación entre ambas. Hoy nuestro nexo de unión es una tal Jennifer Lawrence, que no sé si os suena de algo pero amenaza con batir los recórds de Oscars y nominaciones de la mismísima Meryl Streep. También los de Blake Lively, aunque eso es un poco más sencillo (¿por qué este palo gratuito a Blake Lively? No sé, es que van a poner «Green Lantern» en Telemadrid y me ha venido a la mente… ¡será mala la peli que hasta sacan fea a la Lively! ¡Ojo al dato!)
Clark propone… «La casa al final de la calle»: Curiosa película de 2012 protagonizada por Jennifer Lawrence, la Camiseta Ajustada de Jennifer Lawrence (es la que tiene el mejor papel) y mi querida Elisabeth Shue. Oh, y sale también un chiquito llamado Max Thieriot, que hace de hermano de Norman Bates en la recomendable «Bates Motel» (todos los chicos de esa serie me parecen unos excelentes actores, de ahí que le dedicáramos este reportaje especial a los mismos en su momento). Esta es una peli de terror teen de las de antes, de las que se estilaban a finales de los 90, tras aquel tsunami llamado Karmele MarchanteScream. Persecuciones por el bosque, casas en mitad de la nada (nunca aprenderán…) y gente sospechosa a cada esquina. ¿Es buena peli? No, ni de lejos. Es un truñete considerable, pero Lawrence siempre está digna, la cosa arranca potente y hasta te crees alguno de los giros de guión (alguno, ¿eh?). Para una tarde tontísima o una noche en la que no estés precisamente para ver «Frances Ha» (que tampoco está mal la de la Gerwig, oye).
Y siguiendo con Jenni·Law, sabéis qué peli la lanzó al estrellato, ¿verdad?
El gemelo malvado de Clark propone… «Los juegos del hambre»:
Para quitaros el mal sabor de boca (o bueno, si no le pedís peras al olmo) de la peli anterior, nada mejor que un blockbuster de solvencia probada. En «Los juegos del hambre» tenéis distopia a tope y la sólida interpretación de la mejor Jennifer Lawrence posible, una intérprete capaz de echarse al hombro lo que le echen. Aquí parece que lleve toda la vida recolectando bayas en los valles de Los Ángeles y practicando el tiro con arco. La película es como la defensa del Atlético de Madrid, intensa. Buen rato garantizado como ya te contamos con mucho más detalle en nuestra crítica de la película. Si os quedáis con ganas de más y apostáis por convertir el programa doble en uno triple, ahí tenéis la segunda parte de «Los juegos del hambre», superior secuela que amplía y expande lo mostrado y lo apuntado en la entrega inicial. May the odds be ever in your favour (silbidito de sinsajo).