Chicas del tren de los 90 (o el Domestic Noir de antes)

Quiero romper una lanza (en la cabeza de los críticos) a favor de La chica del tren, una de esas películas denostadas por la prensa especializada que luego ves y dices “Oye, pues qué buen rato, ¿no?”. A ver, la peli es lo que es: una tv-movie con más medios, pero es que Emily Blunt lo da, los giros de guión salen como las setas y, francamente, ya era hora de recuperar en cine estos “thrillers de las pasiones bajas” que abundaron en los 90.

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A finales de los 80 y durante buena parte de los 90, las películas de suspense ricas en sexo, asesinatos, chantajes, robos de bebés, identidades ocultas y escandaleras varias estaban a la orden del día. Me refiero a cintas como De repente un extraño (Michael Keaton es el vecino psicópata de Melanie Griffith y Matthew Modine), Acoso (Demi Moore y Michael Douglas en la adaptación de una polémica novela de Michael Crichton, el autor de Parque Jurásico), Jennifer 8 (con Andy Garcia y una inquietante Uma Thurman) o Instinto Básico, que convirtió automáticamente a Sharon Stone en estrella de cine).

Pero hay más: Análisis Final (con una pareja bien calentita por aquel entonces como Richard Gere y Kim Bassinger), Mujer blanca soltera busca (que tuvo dos remakes teen inconfesos en Swimfan y The Roommate –por la que los guionistas fueron demandados debido al plagio ya excesivo-), Durmiendo con su enemigo (Julia Roberts huyendo de su marido, que esta obsesionado con la colocación de las toallas en el baño…), Atracción fatal (con un gato robándole la película a Glenn Close), Acosada (con el hermano de Alec Baldwin espiando a Sharon Stone mientras se ducha)… y otras tantas que ahora me dejo en el tintero.

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Obviamente, el “renacimiento” de este subgénero se debe al éxito de bestsellers literarios como Gone Girl (Perdida) de Gillian Flynn. Habrá que ver si la modesta taquilla de La chica del tren (sobre todo en comparación con la película de David Fincher) pone la cosa en cuarentena o no. Personalmente, apostaría por presupuestos bajos y actores conocidos para atraer a la gente a los cines a la hora de adaptar los libros de este género que están inundando las librerías (Domestic Noir se llama, término que me descubrió el blog The Misstery): Behind Close Doors de BA Paris, The Silent Wife de ASA Harrison, The Girl Before de JP Delaney o The Widow de Fiona Barton, que tienen todos los ingredientes para llegar a la gran pantalla y hacernos recordar por qué nos enganchaban tanto “las películas de sucesos”.