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Smallville o cuando Superman no peleaba con Batman

Estrenada el 16 de octubre de 2001, Smallville fue varias cosas al mismo tiempo: en primer lugar, una precursora de toda esta fiebre de series de superhéroes que estamos viviendo (tras ella llegaría Arrow, que nació como modernización Nolanesca de lo que proponía Smallville); en segundo, una actualización de los mitos de Superman al mundo moderno (Lois & Clark tenía sus virtudes, pero no fue precisamente innovadora); y, en tercero, un intento de continuar con la fiebre de series teen del canal The WB al intentar convertir a Clark y Lana en los nuevos Dawson y Joey o Ben y Felicity (nunca olvidare que los críticos yanquis se referían originalmente a ella como “Krypton’s Creek”).

La serie, eso sí, comenzó a mutar e incorporar cada vez más cosas de los cómics y del mundo adulto de Superman a medida que avanzaban las temporadas (llegó un momento en la serie en la que era sencillamente inexplicable que ese señor treintañero no llevara ya el traje y la capa cuando llevaba ya un par de temporadas siendo, en esencia, Superman).

La serie fue estrenada ell 16 de octubre de 2001 y creada por los guionistas y productores Alfred Gough y Miles Millar. Siempre se ha dicho que su “pitch” inicial a la WB fue una serie con un Bruce Wayne adolescente antes de establecerse en Gotham y que en un capitulo se encontraría con un Clark Kent adolescente… y que esto fue lo que verdaderamente llamo la atención de la cadena (también he leído por ahí que la idea del Bruce Wayne teenager la llevo otro guionista y que la cadena le bloqueo el concepto para poner en marcha su propia serie con superhéroe adolescente…). Sea como fuere, la serie empezó realmente fuerte en audiencias, con su episodio piloto siendo uno de los más vistos de la historia de la cadena (aun recuerdo cuando me compre en El Corte Ingles el mismo editado en VHS, con esa portada con Clark atado a un poste y con la S roja dibujada en el pecho…).

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Tras el final de la quinta temporada, cuando Clark y sus amigos terminaron el High School y el show se hacía un poco más adulto, la serie se mudó a The CW, cadena que nació tras la fusión de la WB y la UPN; y podríamos marcar este momento como el de la transición a una serie mucho más relajada a la hora de introducir referencias a otros superhéroes y el mundo de los cómics (en los primeros años, si bien se exploraba todo esto, se hacía de forma mas discreta, como con un poco de corte). La serie terminó el 13 de mayo de 2011 con un doble episodio final en el que Tom Welling por fin se puso el traje… ¿o no se lo puso? (la polémica por los minutos finales de la serie sigue estando ahí).

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La serie fue rodada, como todas las series de la historia, en Vancouver. La música de las seis primeras temporadas fue compuesta por Mark Snow, si, el mismo de Expediente X (el parecido de varios episodios de la primera y segunda temporada con algunos de Expediente X es alucinante, no en vano estos eran llamados “Freak of the Week” –la lluvia de meteoritos que trajo a Clak a Smallville generó secuelas en varios habitantes, creando mutantes con super-poderes-). A partir de la séptima temporada, Snow sería reemplazado por Louis Febre. Tanto con Snow como con Febre, la serie mantendría las claves sonoras de las películas de Christopher Reeve creadas por John Williams (salvo el tema principal, que no sonó hasta el ultimísimo capitulo, en un momento ÉPICO, las cosas como son). El tema de los créditos, cuando aun había canciones en los créditos con caras de los actores y esas cosas, fue el famoso “Somebody save me” de Remy Zero, que funcionaba bastante bien, era un tema enérgico y que encajaba con la naturaleza del show.

Siguiendo con las conexiones con las películas de Christopher Reeve, el propio actor apareció en varios momentos claves de la serie para orientar al “nuevo Superman” sobre su destino en la Tierra. Margot Kidder, la Lois de las pelis, también intervino en la serie. Creo recordar que Dean Cain, el Superman de Lois & Clark y papá de Kara en Supergirl, hizo de científico loco en un episodio y no sé si Teri Hatcher dio vida a la madre de la nueva Lois Lane… creo que apareció una vez en una pantalla de ordenador hablando por Skype, pero no me hagáis mucho caso, esto puedo haberlo soñado (era habitual que tuviera sueños con Teri Hatcher, esto me lo podréis perdonar…).

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El gancho inicial de la serie era bastante goloso: la llegada de Clark a la Tierra con la lluvia de meteoritos provocó la muerte de los padres de Lana Lang, con lo que teníamos ahí un drama potente “me gustas mucho, Lana, pero tengo este secretito que me angustia…”. La relación de Clark y Lana fue la base del show, junto con la tormentosa relación de Lex y su padre Lionel, asi como la amistad de Lex y Clark que irían convirtiéndose en enemigos a medida que avanzaba la serie (para mi, esto es lo mejor de toda la serie y el Lex Luthor creado por Michael Rosenbaum, el de Leyenda Urbana, es el mejor que he visto en mi vida).

De Tom Welling se han dicho muchas cosas, como que debería haber sido el nuevo Superman en cine… yo solo digo que menos mal que nos hemos librado de eso. Si, el tío tenía el look de Superman, pero es más modelo que actor y todos lo sabemos. De Kristen Kreuk, Lana, solo puedo decir buenas cosas. Era una actriz competente a la que los guionistas fueron convirtiendo en un personaje odioso y/o cansino (lo mejor para ella era que dejara la serie tras el final de la séptima temporada, si bien regresaría para cinco episodios de la octava). De Allison Mack hay que decir que su Chloe Sullivan era el personaje mas entrañable de la serie y que su interpretación fresca y risueña era un soplo de aire fresco entre tanto “Teen-angst” de las primeras temporadas (ojo, que a mi me chifla el teen-angst). No he dejado de leer aquí y alla que su personaje de mejor amiga de Clark gustó tanto a los fans de Superman que DC Comics la incorporó a los comics y al canon del personaje, pero qué queréis que os diga, yo no he visto al personaje de Chloe en ningún cómic de Superman. Si alguien la ha visto, que mande una foto o algo.

El que hacia de Pete Ross me caía bastante mal porque estaba todo el dia enfadado y los padres de Clark creo que lo hicieron guay, maravillosos tanto Annette O’Toole (que curiosamente hizo de Lana Lang en “Superman III”) como John Schneider (este pájaro ya era famoso por su papel de Bo Duke en “The dukes of Hazzard”, de la que se haría un remake peliculero con Jessica Simpson y Stifler de American Pie). John Glover como Lionel Luthor, el padre de Lex, era una actorazo, el mejor de la serie de lejos. Jensen Ackles estuvo en la cuarta temporada como Jason Teague, el nuevo novio de Lana, pero no apareció en la quinta como estaba previsto porque empezó “Supernatural”.

Erica Durance lo hizo muy bien como Lois Lane, quizá demasiado inclinada a la comedia en las ultimas temporadas y un poco en piloto automatico, pero bien. Una muy buena Lois. Aaron Ashmore dio vida a un pipiolo Jimmy Olsen con corrección. Laura Vandervoort fue una Supergirl físicamente muy explosiva y comiquera, pero interpretativamente iba un poco justita (la actriz ha mejorado bastante desde entonces y su papel como la villana Indigo en Supergirl, donde se lo pasa pipa, lo demuestra). Justin Hartley como Oliver Queen (Green Arrow) me parecía un paquete de mucho cuidado, pero esto es cuestión de gustos. Cassidy Freeman como Tess Mercer, la nueva mala oficial de la serie cuando Lex se marcho, lo hizo bastante bien, divirtiéndose con su papel y siendo amenazante o vulnerable cuando la ocasión lo requería.

Admito que Smallville era uno de mis placeres culpables… porque la serie era lo que era. La primera de un genero televisivo aun en panales cuyas mayores virtudes eran los muchos guinos que se le hacían a la mitología del superhéroe (ya se que hubieron series de Hulk, Flash y alguna otra antes de esta, me refiero a la edad moderna). Dudo mucho que un espectador que no sea fan de Superman encuentre algún motivo para verla. Eso si, asumiendo su naturaleza como producto para fans, esta claro que la serie trata un periodo del personaje no demasiado explorado ni en cine ni en comics, por lo que capítulos como aquel en el que Clark se excita sexualmente al ver a su nueva profesora y descubre así que es capaz de producir rayos X por los ojos es algo bastante divertido. Un tratamiento menos timorato de la juventud de Clark, más cachondo y realista (y mejor escrito), podéis encontrarlo en Superman American Alien, una serie de siete cómics creada y guionizada por Max Landis (el de Guerra Mundial Z o Chronicle).

 

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La víctima perfecta o cómo el vecino del quinto se pone pesadito con Hilary Swank

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Cuando descubrió que su cabeza era flotante, se quedó sin palabras

Una ganadora de dos Oscars. En un thriller de vecinos psicópatas. ¡Con Christopher Lee! A priori, “La víctima perfecta” lo tiene todo para pasarlo pirata. La media hora inicial se ve con agrado, es decir, Nueva York es bonita y Hilary Swank otra que tal baila. El problema llega tras el primer y “sorprendente” giro de guión, cuando la película pone sus cartas boca arriba: este es el psicópata, esta es la heroína, vamos a jugar al gato y al ratón hasta que lleguen los créditos. ¿Merece la pena quedarse hasta entonces? Sí. Siempre y cuando eches de menos las tv-movies de psicópatas que ponía Antena 3 después de comer.

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¿Cuál es mi película de terror favorita? ¡Esa me la sé!

Juliet Deverau (Swank) es una cirujana de urgencias que se muda a un nuevo piso intentando olvidar su reciente ruptura con su pareja (Lee Pace). Su casero Max (Jeffrey Dean Morgan) la recibe en el edificio con los brazos abiertos y, tras varios encuentros, Juliet se siente atraída por él (la alcahueta de su amiga no deja de animarla a que se lo zampe). Juliet frena su incipiente relación cuando se da cuenta de que es incapaz de olvidar a su ex. Max parece aceptar la situación con normalidad. Y es entonces cuando tu conciencia de espectador que ya ha visto unas cuantas de éstas te dice: “Max es un psicópata de tomo y lomo y ahora va a empezar la manduca”. Ah, conciencia cinéfila, qué sabia eres.

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«Estás locataire» es lo que vamos a decir a partir de ahora a todos y todas las chaladas del cine

Remake inconfeso y descafeinado de “De repente un extraño”, aquella mítica cinta de psicopatías vecinales con Michael Keaton y Melanie Griffith donde el martillo neumático hizo su debut como arma cinematográfica, “La víctima perfecta” es todo lo que esperas. Hay tíos mirando como viciosos por mirillas secretas, mujeres bañándose mientras se toman un copazo de vino (Hollywood no parará hasta que lo hagamos en nuestras casas) y persecuciones locas en el final más eterno y rutinario de la noble historia del thriller de patio de vecinos. ¿Quieres giros de guión, medicamentos paralizantes de músculos, mujeres desvalidas que acaban convirtiéndose en guerreras implacables? ¡Pide y lo tendrás! Todas las casillas de las tv-movies del psicópata de andar por casa están marcadas, no falta nada… pero falta todo.

Porque a “La víctima perfecta” le falta -además de un título español algo más saleroso (el original “The Resident” tampoco es que sea la bomba)- garra, alma, pasión. Duende, que se dice en el sur. Es verdad que hacía tiempo que Hilary Swank no lucía tan sexy (¡y tan bronceada!) en la pantalla, que Jeffrey Dean Morgan tiene una honestidad tal que te lo crees de psicópata, de romanticón empedernido en “Anatomía de Grey” y hasta de cajero del Carrefour; y es verdad, también, que la dirección de Antti Jokinen (¡que dirigió el vídeo inicial de Eurovisión 2007!) no tiene nada especialmente denunciable, el tipo mueve la cámara con diligencia y hace avanzar el relato sin grandes alharacas. El problema, me temo, es ese guión urdido por el propio Jokinen y Robert Orr (con la tercera parte de “Underworld” en su mochila, no aportaré más pruebas). Más que un guión, es un collage. Un potaje. Un recuerdo colectivo del “psycho next door” que tanto furor causó en los 90. Lo raro es que Mimi Rogers, Gary Busey o Shannen Doherty no se den un paseo por el film en plan cameo.

Lo mejor: Hilary Swank y Jeffrey Dean Morgan, competentes hasta el pitido final; la fotografía del español Guillermo Navarro (“El laberinto del fauno”).

Lo peor: Que Christopher Lee haga de florero y, lo que es peor, sea despachado sin ninguna gloria. ¿Este es el afecto que le guardaban en Hammer después de 30 años?

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Guilty Pleasures: El Canguro, o cómo Jonah Hill mezcla Superbad con Los Goonies

Nunca es bueno recordar en pleno viaje cuántos puntos te quedan en el carnet

«El canguro» es una de esas pelis que te pones en plan «a ver lo que aguanto antes de borrarla» y empiezas sonriendo, luego se te escapa la risa, más tarde te partes el pecho abiertamente y acaba la cosa espatarrado en la alfombra del salón buscando aire para respirar. Mis primos de Granada dirían «una panzá de reír». «El canguro» es un clásico instantáneo y ¡QUIERO LA SECUELA YA!

No inventa nada, está llena de tópicos y situaciones conocidas, pero todo tiene cierto encanto, se ve el deseo de hacer las cosas bien y de ofrecer un entretenimiento digno. La película es muy loca, con continuas salidas de tono, algún diálogo marciano (ver a Jonah Hill haciéndose el enrollado con el portero negro de un bar) y un montaje vibrante. La mayoría de secuencias cómicas funcionan a las mil maravillas, no solo porque sean graciosas ya de guión y por cómo las saca adelante el director David Gordon Green, sino también (y sobre todo) por esa cualidad tierna e irrespetuosa al mismo tiempo que tiene Jonah Hill en casi todos sus papeles. Si no te gusta este actor, la película perderá muchos enteros para ti.

Jonah Hill lleva puesta TODA la ropa de Chandler

Aún así, la puedes disfrutar: los tres niños a los que tiene que cuidar son la caña de España. Los actores son geniales y les acabas cogiendo cariño a los tres: el rarito e hiper-sensible, el niño latino adoptado que se comporta como un matón (sus primeras escenas son gloriosas) y la niña que se maquilla como una puerta porque quiere ser super-famosa, como la peli.

Me ha encantado cómo mezcla el género teen (hay situaciones que parecen de «Supersalidos» o «Project X») con el subgénero «adulto cuidando de niños que se involucra en una aventura loca por toda la ciudad»… aunque solo recuerdo «Aventuras en la gran ciudad» con Elisabeth Shue como representante del mismo. ¿Vosotros recordáis más? (Lo de «Los Goonies» en el titular del post era para que le diérais al click, hombre).

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La búsqueda de la nueva Gossip Girl había empezado por toda Nueva York

Donde no funciona tan bien la peli es en los «momentos tiernos» de Hill con los niños, cuando intenta estrechar lazos con ellos y ayudarles a que superen sus problemas (cada uno tiene un problema distinto, por supuesto). Hill hace lo que puede, con esa ternura y naturalidad tan suya, pero las escenas están metidas a caponazo. Es igual, no molestan. Y los niños son deliciosos. Por cierto, Sam Rockwell hace de «malo» de la peli y está desbocado y genial. Os recomiendo esta peli y si no os echáis unas risas, os devuelvo el dinero (de vuestra descarga ilegal, bandidos). Ah! Y el doblaje español es divertidísimo.

Os dejo el «Red Band Trailer», o sea, el trailer golfillo presentado por el propio Jonah Hill (tras perder tantísimos kilos para «21 Jump St»), a ver si os convence para ver la peli:

P.D. Me parto con los niños en el primer minuto del vídeo preguntándole al actor «de dónde vienen los niños» y si «la gente blanca apesta», jajaja.