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Crueles Intenciones y Fanática, dos remakes teen (¿domesticados?) de productos adultos

El éxito casi en cadena de las dos primeras Scream (1996 y 1997), Alguien como tú (1999) y American Pie (1999) demostraron no solo que el cine teen era la moda imperante del Hollywood de finales de los 90 y comienzos de los 2000, sino además que cualquier apuesta con adolescentes era una apuesta segura: slashers, comedias románticas, cine de destape a lo Porky’s, todo funcionaba. Así pues, ¿por qué no probar también con remakes de películas viejas? Alguien en Columbia, actual Sony, quiso probar la teoría con una cinta de época de 1988 de Stephen Friars basada en la novela epistolar Les Liaisons dangereuses escrita por Pierre Chorderlos de Laclos y publicada en el siglo XVIII. ¡Casi nada!

En Crueles Intenciones (1999), el sueño (húmedo) del director Roger Kimble, la idea era trasladar Las amistades peligrosas al mundo de los adolescentes de Nueva York, añadiendo una pátina de crudeza y mala leche al estilo de lo hecho por Todd Solondz en La Casa de muñecas (1999). Para que la mudanza funcionara era necesario no solo inundar el reparto de las estrellas del momento, sino también rebajar el drama de la historia original y potenciar los momentos de comedia y las escenas más sexualmente explícitas, como el beso con lengua de Katheryn y Cecile (parodiado con mucho arte en Not Another Teen Movie (2002)) o la esperada noche de pasión de Sebastian y Annette al ritmo de Colourblind de Counting Crows en lugar de To Sheila de los Smashing Pumpkins como quería el director (Billy Corgan se negó). Estas y otras escenas la hicieron merecedora del trigésimosegundo puesto en la lista de “Películas más sexys de la historia” según un ranking de Entertainment Weekly de 2008.

El argumento es como sigue: Katheryn Merteuil (Sarah Michelle Gellar por Glenn Close de Las amistades peligrosas) es una lianta de buena familia que comparte piso, y por piso nos referimos a una mansión que flipas en el centro de Manhattan, con su hermanastro Sebastian Velmont (Ryan Phillippe por John Malkovich, toma ya), otro pijazo que se dedica a seducir a jovencitas por pura diversión. Una vez seducidas, las desecha y les hace una especie de fichita en un cuaderno que lleva a todas partes con él (llamarlo chorbo-agenda se le queda pequeño, es más bien un Tinder en papel). Para darle un poquito de diversión a su verano, los chicos hacen una apuesta: si Sebastian consigue acostarse con la puritana (y virgen) Annette Hargove (Reese Witherspoon por Michelle Pfeiffer), Katheryn le permitirá pasar una noche de pasión con ella (literalmente, “podrás metérmela donde quieras”, como expone Sarah Michelle Gellar en una escena en la que más de uno se atragantó). En cambio, si Sebastian no logra conquistar a Annette, Katheryn se quedara con su coche.

La película contiene tantas manipulaciones sexuales y juegos de poder de la élite adolescente de Manhattan que bien podría haberse llamado Gossip Girl: The Movie; ese modo desprejuiciado de abordar las relaciones y el sexo entre adolescentes (recordemos que estamos a años luz de cosas como Euphoria) fue totalmente novedoso en su momento y, hasta cierto punto, escandaloso. De hecho, el hoy cancelado Joss Whedon llegó a calificarla como una “peli pornografilla” (“a porny”) para disgusto de Sarah Michelle Gellar, que entiende que hizo aquí su mejor interpretación (no sería este el único roce entre Whedon y SMG, como el tiempo nos ha demostrado). Podría argumentarse que la película se achanta cuando llegan los momentos de la verdad (la primera vez que Sarah Michelle Gellar va a esnifar la cocaína que oculta en su crucifijo, la cámara se aparta deliberadamente de ella, mostrando simplemente la reacción de Ryan Phillippe) pero al final del film, en la escena en la que Katheryn se encuentra en los lavabos con Annette, no tienen problema alguno en mostrar el esnifamiento en toda su gloria. Buffy esnifando coca en primer plano, no está mal para provocar.

Vista hoy en día, Crueles Intenciones resiste bien el paso del tiempo. Sus características netamente noventeras (ese soundtrack con Blur, Placebo o The Verbe, ese montaje hipervitaminado) no le han restado ni la provocación ni el desparpajo que ya exhibía en su estreno y se entiende ese estatus de semi-culto que ha ido adquiriendo con el paso de los años, dando lugar no solo a secuelas innecesarias, sino también a musicales y hasta un intento de reboot televisivo que no salió adelante por poco (diría que afortunadamente, el piloto no era muy prometedor…).

El reparto es como un All Star de las estrellas adolescentes del momento, al trío protagonista hay que sumarle a Sean Patrick Thomas (Espera al último baile, Save The Last Dance), Selma Blair, Joshua Jackson (con ese pelo rubio platino que tanto le gustaba llevar en sus películas… y que tan poco les gustaba a los de peluquería de Dawson Crece) o Tara Reid, en un pequeño papel al comienzo del film. Hasta Jennifer Love-Hewitt está presente, aparece en la portada de la revista Seventeen que le muestra Sebastian a Katheryn. No sabemos si el agente de Freddie Prinze Jr. se estaba echando la siesta cuando estaban eligiendo el reparto del film, pero todo apunta en esa dirección. Columbia Pictures quería a Katie Holmes para Annette pero el director Roger Kumble no la veía en el papel y logró convencer a Reese Witherspoon, ya por entonces novia de Ryan Phillippe, para incorporarse al film con la promesa de que en dos semanas estarían rodadas todas sus escenas.

¿Os podéis creer que originalmente se titulaba Cruel Inventions? No es ningún INVENT, originalmente querían darnos “Invenciones” por “Intenciones”. Gracias a Dios, los espectadores de los pases de prueba son mostraban tan confundidos al no encontrarse con una cinta de ciencia-ficcion (la única sci-fi de la peli es que haya tanta gente guapa en la pantalla al mismo tiempo…) que los productores le cambiaron una letra al título y todo arreglado.

Crueles Intenciones 2 (2001) es en realidad un remontaje de los tres episodios que se rodaron de Manchester Prep, la que iba a ser serie de televisión-precuela de la película. Se ha hecho famosa con el tiempo por contar en su reparto con Amy Adams (que es mayor que Sarah Michelle Gellar) dando vida a una versión mas joven de Katheryn. La versión joven de Sebastian Velmont le corresponde a Robin Dunne, actor más frío que un témpano de hielo y que en Dawson Crece dio vida a A.J., el novio universitario de Joey en la tercera temporada. Curiosamente, otro lazo con Dawson Crece une a Crueles Intenciones 3 (2004) y es que en su reparto se encuentra Kerr Smith, nuestro querido Jackers.

Como la idea del remake teen de una peli de 1988 había dado resultado, decidieron probar con una de 1987, Atracción Fatal de Andrew Lynne. Ahora la historia tendría lugar en un instituto cualquiera y no el mundo de los negocios neoyorquinos, mientras que la pareja amenazada ya no sería un matrimonio sino una pareja de estudiantes. La historia de Fanática (Swimfan, 2002) se sigue con agrado en su primera media hora, cuando no sabes por dónde te va a salir la fanática en cuestión (Erika Christensen -que aquí lo cuenta TODO sobre la peli- por Glenn Close), pero en cuanto la novia del prota (la encantadora Shiri Roswell Appleby) descubre que le han puesto los cuernos, esto se convierte en un correcalles que no tiene absolutamente nada que decir sobre su generación. En Crueles Intenciones se intentaba hacer un retrato (exagerada o no) de cierto tipo de adolescentes, en Fanática no se intenta nada más que aludir a las más bajas pasiones.

Carreras, investigaciones y un predecible final feliz en el que la infidelidad del chico (un Jesse Bradford que nunca fue el ídolo teen que tantas veces quisieron lanzar) queda automáticamente perdonada “porque la otra está mú loca”. Ah, vale, pues p’alante. Como decimos, el traslado de una historia adulta de infidelidades, segundas oportunidades y vidas nunca vividas se traslada al mundo adolescente limando cualquier arista de profundidad del producto original. Donde Michael Douglas podía tener alguna duda con respecto a su matrimonio y compartió sin duda mucho más que una conexión física con Glenn Close, tenemos a un Jesse Bradford donde únicamente tiene un calentón que quiere eliminar cuanto antes de su vida. Lamentablemente para él, pero no para la audiencia, la fanática le va a obligar a saltar por unos cuantos aros (de fuego) si quiere “borrarla” de su vida. ¡Qué pena que cuando llegó esta revisión de la historia aún no existían las redes sociales! Jesse Bradford, te libraste.

Aparte de la simplificación de la historia ya mencionada, algo más que juega en desventaja de este (inconfeso) remake de Atracción Fatal con respecto al de Crueles Intenciones es el reparto. No es lo mismo una Reese Witherspoon que una Erika Christensen, ni siquiera unos Sarah Michelle Gellar/Ryan Phillippe que Shiri Appleby/Jesse Bradford: los primeros tenían tirón en taquilla, los segundos… not so much. Años más tarde llegaría Disturbia, en la que DJ Caruso convierte a Shia LaBeouf en la versión adolescente del James Stewart de La Ventana Indiscreta… pero era ya 2007, la fiebre por el cine teen de finales de los 90 había pasado, y las producciones adolescentes digievolucionarían de maneras sorprendentes.

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Que se aparten las chicas malas que regresa Kathryn

Antes de que apareciese Regina George o Blair Waldorf ya existía una Mean Girl y de las de verdad. En Crueles Intenciones no había medias tintas, Kathryn era una arpía profesional y orgullosa de ello porque sí, el mundo la había hecho así.

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Kathryn podrían dar miles de lecciones a las chicas malas o a Blair Waldorf. Pero se lamentaría por lo débil de sus corazones, un órgano que ella desechó hace tiempo. No tiene miedo a ser mala ni a disfrutar del sexo como lo hiciera cualquier hombre pero sabe mantenerlo en secreto.

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Una cosa que aprenderás de Kathryn es a llevar una máscara. Ante todo el mundo es la chica perfecta pero debajo de sus gafas de sol se enconde una verdadera hija de puta dispuesta a todo para conseguir sus objetivos.

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Y aún así la queremos porque su alegato sobre el tener que actuar como una verdadera lady en una sociedad machista nos convence. Pero porque nos manipula como ella sabe hacerlo. Es la diosa de las mentiras y de los secretos.

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Desconfía de ella porque su sonrisa sólo dura un segundo. Te reirá y luego te escupirá como hace con todo el mundo pero más vale tenerla cerca porque no la quieres tener en contra tuya.

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Una verdadera Mean Girl, más bien Queen Mean Girl que dejaría en bragas a Gossip Girl (teniendo en cuenta quién era después) y sobre todo a Blair Waldorf que al fin y al cabo acababa por tener sentimientos.

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Con el final que tuvo en la película ¿qué habrá pasado todos estos años con Kathryn? ¿Habrá pasado por rehabilitación? ¿Se habrá remodelado? Esperemos que no porque lo cierto es que siempre fuimos más de Kathryn que de la sosainas de Annette.

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Publicado en Cine de terror y slashers

Sarah Michelle Gellar en la nueva Crueles Intenciones… ¿para cuándo Jennifer Love Hewitt en el reboot de Sé lo que hicisteis el último verano?

Ahora que Sarah Michelle Gellar ha dicho sí a retomar su papel de Kathryn Malabitch en el reboot televisivo de Crueles Intenciones (una serie de la NBC que preparan los responsables de la peli de 1999 y que suena a gloria bendita), es la hora de que Jennifer Love Hewitt vuelva a otro producto que le dio la fama a finales de los 90… ¿sabéis de qué estamos hablando? I Know What You Did Last Summer! Yeah, baby!

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Sabemos que el slasher noventero que sacaron a rebufo de Scream va a tener un remake dentro de poco, pero lo que no sabemos es si tirarán de alguno de los actores originales para hacer el clásico «antes teen, ahora padre» (caso de Luke Perry en la próxima Riverdale, serie de la CW que adaptará los famosos cómics de Archie). Sería lo suyo, para que los fans de la original tuvieran un pequeño incentivo, y seamos sinceros, Jennifer Love Hewitt no está ganando Oscar tras Oscar como para decir que no a un papelito como la madre de la nueva Final Girl.

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En cualquier caso, yo estaré en el cine el día del estreno porque Sé lo que hicisteis el último verano es uno de mis slashers favoritos, y tengo argumentos de sobra para defenderla. Uno de los mayores logros de la peli, sin duda, la secuencia de la persecución de Sarah Michelle Gellar por parte del asesino del garfio. Ya sabeis, cuando SMG corre a la tienda de ropa de su hermana para ponerse a salvo mientras Ben Willis, a paso lento pero seguro, se acerca amenazante para darle matarile. Esta secuencia, maravillosamente planificada, rodada y montada (la silueta del asesino recortándose amenazante en la noche, SMG gritando desaforada mientras aporrea la puerta, la hermana va a abrir pero, oops, se ha dejado las llaves y tiene que volver a por ellas… la tensión crece y crece casi hasta lo insoportable), se ha convertido para mí en un pequeño clásico del género, algo así como el ejemplo perfecto de lo que debe ser una persecución en un slasher.

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IKWYDLS no hace nada del otro mundo pero todo lo hace bien, el reparto está mejor que en la media de estas películas (especialmente ellas, ellos dejan bastante que desear, luego analizamos a cada actor), las muertes están bien racionadas y son imaginativas, y el misterio de la identidad del asesino es bastante satisfactorio, sobre todo cómo se va desplegando poco a poco gracias a la investigación de los chicos (genial el momento en el que SMG y JLH se llaman “Jodie” y “Angela” la una a la otra en casa de Anne Heche tras haber hablado de El silencio de los corderos y Se ha escrito un crimen previamente en el coche –la huella de Kevin Williamson es indisimulable-).

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Pese a todo, es el inicio del film lo que ha quedado en el imaginario colectivo (bueno, eso y el Momento Cangrejo, que a mí me dejo loco). Chicos de farra, alcohol al volante, atropello involuntario y pacto de silencio con requiebro (el muerto que vuelve a la vida y al que tienen que rematar). Un gancho a la altura del que usa el Fisherman para sus asesinatos. La secuencia, de nuevo, está planificada y ejecutada con pericia, añadiendo tensión y sorpresa cada dos por tres a un momento ya tenso de por sí: el personaje de «Johnny» Galecki (este actor os sonará más hoy en día…) presentándose en la carretera por sorpresa, el “muerto” arrancándole la corona de Miss a SMG, el mismo muerto abriendo los ojos bajo el agua cuando Ryan Phillippe intenta arrancársela de su mano… Ese acumular y acumular, este in crescendo continuo, es algo que mantiene la cinta durante todo su metraje. A cada persecución se le añade otra, a casa susto le sigue otro, y los momentos de relax son prácticamente inexistentes. Hay que estar siempre con la guardia en alto. Es por esto que el final me parece tan decepcionante, con la identidad del asesino ya revelada, y JLH encerrada unos 20 minutos en su barco-piñata (de tan lleno de sorpresas como está) dando vueltas hasta que llega el “salvador” de Ray. Una película que ha apostado desde el principio por ir subiendo y subiendo se desinfla en un final predecible y resuelto de forma algo torticera.

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Veamos qué tal están los actores, porque los cuatro protagonistas son puros años 90 y han tenido todos ellos carreras bastante longevas a partir de este su pistoletazo de salida más o menos oficial:

Sarah Michelle Gellar: Si bien es cierto que se luce en su papel en Scream 2, es aquí donde tiene los minutos que se merece como Scream Queen noventera; como rubia buenorra y algo tonta (hay que serlo para aguantar al merluzo de Ryan Phillippe) lo hace estupendamente.

Freddie Prinze Jr: Sería lo peor de la función si no fuera por Ryan Phillippe. El actor se limita a poner cara de buen chico (o incluso de perrillo triste) en todas y cada una de sus secuencias. Vale que como novio responsable y aburrido tampoco hay que pedirle mucho más, pero en lo que suspende escandalosamente es al intentar hacernos creer que es pescador y lleva salando y congelando pescado en cajas a las 7 de la mañana desde hace años. Vamos a ver, este californiano con cara no haber roto un plato en su vida y de piel perfectamente hidratada puede ser lo que queráis, pero mozo de faena en un puerto pesquero, como que no.

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Ryan Phillippe: Había hace años un anuncio de neumáticos Pirelli que advertía de los beneficios del producto atacando las desventajas de la competencia: “La potencia sin control no sirve de nada”, decían. Bueno, pues eso es exactamente lo que es el Sr. Phillippe en esta película, una potencia descontrolada, absolutamente loca, como una manguera que nadie agarra por el mango y que lo salpica todo. Decir que sobreactua es quedarse corto. El over the top que se marca el amigo Phillippe merecería un premio anual por parte de los que entregan los Razzies, un reconocimiento de por vida. Dos ejemplos de lo subidísimo que está escrito el personaje y el propio actor a la hora de darle vida: cuando se reencuentra con Freddie Prinze Jr. un año después, lo primero que hace es darle un puñetazo y tumbarlo, a Jennifer Love Hewitt la agarra del pescuezo y a punto esta de ahogarla hasta que no diga que mantendrá silencio respecto al atropello/asesinato del comienzo de la película. Es uno de los personajes mas desagradables y ridículos que he visto en mi vida. Un personaje asi, el típico jock que no usa nunca la cabeza, podría interpretarse con un poco más de charm, pero aquí no hay más que planicie. Siempre me parto con la parodia que hacen de este personaje en Scary Movie, lo clavan.

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Jennifer Love Hewitt: Sobre JLH me reservo la opinión para el post sobre la secuela, Aún sé lo que hicisteis el ultimo verano, que publicaremos en breve; ya que es en la segunda parte donde se confirma como protagonista absoluta tras haber sobrevivido a la matanza de esta película (que es algo más coral o no deja claro quién es la Final Girl hasta el último tramo). De momento, podéis leer qué opina Gabi sobre su serie de los masajes.

Algunos datillos curiosos del film:

  • La peli se rodó en 50 días
  • Los chicos van al comienzo del film a su «celebración privada» a Dawson’s Beach… guiñito de Williamson a la mejor serie adolescente de toda la historia. Yep, you read that right.
  • Sarah Michelle Gellar y Freddie Prinze Jr., que apenas se dirigen la palabra en toda la película (en teoría eran «amigos»), se enamoraron en el rodaje y ahora están felizmente casados. Sé de buena tinta que su vida es muy feliz y que Freddie es un canguro masculino, un manny, estupendo.
  • Melissa Joan Hart rechazó el papel de Helen que fue a manos de SMG
  • Jennifer Love Hewitt se presentó originalmente para el papel de Helen, mientras que SMG quería el papel de Julie James (esto nos lo cuentan en todas las películas de la historia del cine… ¿hay algún actor que haya conseguido el papel para el que se presentó?)
  • Ryan Phillippe y Sarah Michelle Gellar volverían a protagonizar juntos otra peli, Crueles Intenciones, donde hay un guiñito a Jennifer Love Hewitt cuando vemos una revista con la actriz en portada
  • La película se inspira en la novela de 1973 de Lois Duncan, pero añade un montón de muertes y slasherismo (creo haber leído por ahí que la autora reniega de la película por convertir la muerte en entretenimiento, pero no me hagáis mucho caso). Ademas, la figura de Ben Willis, el Pescador, está inspirada en la leyenda urbana del “garfio” (Freddie Prinze Jr. hace referencia a la misma al comienzo de la peli, cuando los chicos intercambian historias de miedo a la luz de la hoguera en la playa…).
  • Es la segunda vez que un guión de Kevin Williamson está protagonizado por una protagonista de Party of Five (Jenni Love), tras Neve Campbell en Scream
  • La película está dirigida por Jim Gillespie, que quitando una de Sylvester Stallone que no he visto (D-Tox), ha hecho muy poquita cosa. Y mira que está bien dirigida esta…