La idea de Amor de madre es tan simpática que tiene que funcionar a la fuerza: un hijo se ve obligado a pasar su luna de miel con su madre. Eso da para tropecientas situaciones graciosas, ¿verdad? Bueno, pues te pones a verla, y van pasando los minutos, y vas mirando el reloj, y dices… ¿¿por qué no aprovechan el punto de partida que ellos mismos han creado?? Y es una pena, porque Carmen Machi (de probada solvencia) y Quim Gutiérrez (que me ha ido ganando con el tiempo) ponen toda la carne en el asador con tal de sacar esto adelante, pero les dan poquito con lo que puedan lucirse.
La película, que podría ser una comedia romántica super-original cambiando el romance por el amor materno-filial, desaprovecha su propia premisa de una madre y un hijo teniendo que fingir ser una pareja de recién casados en un resort de lujo (¡¡la de situaciones cachondas que podrían haber explotado y apenas vemos dos ratos de esto!!) enredando con intereses amorosos fake y montajes musicales de escenarios exóticos tipo La Isla de las Tentaciones. Por ejemplo, la secuencia de Quim Gutiérrez en el avión viendo a su ex pareja en todos los asientos… ¿por qué no es Quim viendo a su insufrible (o eso cree él) madre anticipando el horrible viaje que le espera? ¿Por qué no poner el foco desde el principio en lo que la propia película nos quiere contar de verdad?
Amor de madre no empieza marcando el distanciamiento entre la madre y el hijo (no nos presentan obstáculos que la «pareja» tenga que superar) por lo que sus broncas y distanciamientos de mitad de la cinta salen un poco de la nada. Afortunadamente, los dos protas son muy buenos, y solo por verlos echándose en cara traumas del pasado (en lo que podría ser el momento «chico pierde chica» de la peli) merece la pena llegar hasta el final. Si Amor de madre hubiera sido un poquito más firme en sus convicciones, creo que hubiera funcionado mejor.
En la peli, no obstante, hay cosas que molan: el guión tiene una divertida estructura circular, la idea de jugar a la comedia romántica con dos personajes totalmente equivocados sigue siendo muy atractiva (por muy poco que la exploten), los secundarios como la argentina Justina Bustos o Yolanda Ramos están francamente bien… pero hay poca comedia que sustente el invento y un inicio de película algo emborronado.