He vuelto a ver Save the last dance (Espera al último baile, 2001) y traigo noticias: ESTO ES UN CLÁSICO. Con más de 20 años a sus espaldas, la película aguanta perfectamente un revisionado: ¿el rollito chica blanca en instituto solo de negros? Aguanta. ¿La mezcla de ballet y hip-hop? Aguanta. ¿La química de Julia Stiles y Sean Patrick Thomas? ¡Aguanta que no lo sabes tú bien! Y es que, pese a empezar con un topicazo de esos de película (chica que se fustiga por un hecho dramático que tiene que ver con su madre… y no es que no sepa bajarse una app), luego se desarrolla de forma inteligente y hasta profunda. Hmmmm, una peli de adolescentes que bailan a la que le han puesto cerebro y cariño, ¿¿quién se lo iba a esperar??

Es verdad que la cinta comienza como una «dance movie» inofensiva, pero te pones a verla y a la media hora ya te han hablado más de integración racial, el «white privilege» y los choques culturales («solo hay un mundo» dice la Stiles incrédula; «eso es lo que os enseñan a vosotros, nosotros sabemos una cosa diferente», le responden sus nuevos compañeros) que en toda Mentes Peligrosas. Y todo esto, mientras se traba una bonita relación entre dos personajes que no son los típicos memos guaperillas (ejem) y que además cantan y bailan. Dejad que os copie el párrafo inicial de la crítica de Roger Ebert, que lo cuenta mucho mejor que yo:
«Save the Last Dance» begins with standard material but doesn’t settle for it. The setup promises cliches, but the development is intelligent, the characters are more complicated than we expect, and the ending doesn’t tie everything up in a predictable way. Above all, this is a movie where the characters ask the same questions we do: They’re as smart about themselves as we are.» [EMPIEZA CON MATERIAL ESTÁNDAR PERO NO SE CONFORMA CON ELLO. LA PREMISA PROMETE CLICHÉS PERO EL DESARROLLO ES INTELIGENTE, LOS PERSONAJES SON MÁS COMPLICADOS DE LO ESPERADO Y EL FINAL NO LO DEJA TODO ATADO DE FORMA PREDECIBLE. SOBRE TODO, ESTA ES UNA PELÍCULA EN LA QUE LOS PERSONAJES SE PREGUNTAN LO MISMO QUE NOSOTROS, SON TAN LISTOS SOBRE ELLOS COMO LO SOMOS NOSOTROS]
En el reparto tenemos a la estupenda Julia Stiles y esa melancolía que tiene siempre su mirada, el encantador Sean Patrick Thomas que no sé cómo no es una estrella de cine (bueno, sí que lo sé: Halloween Resurrection), Kerry Washington comiéndose ella solita la primera media hora de la cinta, el debut de Bianca Lawson y unos secundarios super-creíbles.
Pero lo mejor de todo, OF COURSE, son esos bailes. Dejémonos de historias, ¡aquí hemos venido a lo de la blanquita aprendiendo hip-hop! (tanto se aplicó en aprenderse las coreografías Julia Stiles que se perdió las salidas nocturnas a los clubes de Chicago comandadas por la coreógrafa Fatima Robinson, tal como cuenta la propia actriz en esta entrevista). Los bailes de Espera al último baile están trabajados y se nota, tanto los que tienen lugar en el club nocturno (el primero con la Stiles «aprendiendo» y los siguientes ya con la Stiles on fire) como el baile final para entrar en Juilliard, que se habrá ridiculizado todo lo que queráis, pero a mí me parece que es un número guay.
Como curiosidades, sabed que cuando se rodó la peli Julia Stiles tenía 19 años y Sean Patrick Thomas unos poquitos más… ¡30!; que recaudó más de 130 millones de dólares en todo el mundo; que Kerry Washington se compró su primer laptop con su sueldo (fue su primer papel -acababa de graduarse en la universidad con 22 años-); que Julia Stiles fue elegida para el papel gracias a su «baile en la mesa» de 10 razones para odiarte; que en Vulture dicen que Bianca Lawson y Kerry Washington le roban la peli a los protas (un poco al principio sí, la verdad); que a la Stiles le hicieron un reportaje en la Rolling Stone tras el éxito de la película; que ganó el MTV Movie Award al mejor beso en 2001… y que me voy a poner ahora mismo a dar clases de baile porque lo de la silla lo tengo que hacer yo.
No quiero terminar este post sin mencionar la polémica racista con esta película. Que yo no sabía que existía pero investigando para este post he visto que sí, que la hay. Os confieso que yo, que no soy una persona racista, he intentado defender ante mí mismo que la peli no es racista… pero es verdad que la visión que se da de la comunidad negra no es, que digamos, la más positiva. Esto es así. El hecho de que pinten a Sean Patrick Thomas como EL ÚNICO NEGRO CON FUTURO (Kerry Washington es madre soltera y el amigo de Sean Peatrick Thomas está en una banda callejera) es un poco problemático… pero no es que todos los personajes blancos sean la repanocha. Por ejemplo, el padre de Julia Stiles la dejó tirada de pequeña y se preocupa más del jazz que de su hija; o fijaos en la amiga de Julia Stiles, que cuando la llama por teléfono, le pregunta que si ha visto ya algún tiroteo en su nuevo barrio, asumiendo el propio film los prejuicios racistas que tienen los blancos sin poner paños calientes. Creo que el hecho de que Julia Stiles asuma automáticamente que el bebé que cuida Kerry Washington es suyo es lo que pensaría ese personaje en esta historia, pero… ¿pensaría lo mismo de una chica blanca o creería que es la canguro del niño? ¿Es racista mostrar en una pantalla los prejuicios de una persona aparentemente no racista pero que lleva integrados comportamientos que pueden ser racistas sin que ella lo sepa? No sé, esto es bastante complejo. Yo venía a lo de los bailes. Además, como explican en este recomendable artículo, no se presenta al personaje de Julia Stiles como la «white savior» (práctica habitual en cine por la que un personaje blanco llega a una comunidad externa para arreglar todos los problemas de dicha comunidad gracias a su maravillosidad blanca). A mí me parece una película inteligente y no racista, pero puedo estar equivocado (en este vídeo la ponen a caldo con argumentos bastante válidos… mirad, vedla vosotros y decidid).