Hace unos días la actriz Anne Hathaway, a la que adoramos y hemos situado en un altar gracias a su personaje en Colossal, confesaba que fue la novena elección para interpretar el personaje de Andy Sachs en El Diablo viste de Prada. Una de las actrices en las que se pensó anteriormente fue Rachel McAdams que rechazó el papel.

Esta noticia ha sido un descubrimiento porque Hathaway está estupenda en esta película y nos cuesta imaginar a otra interpretando al personaje, pero he recordado que tengo ciertos problemas con la historia. Lo principal es que no aguanto al novio ni a los amigos. Le critican constantemente que tenga que trabajar, y, aunque es cierto que está explotada, las quejas no tienen que ir a ella. Más que nada (y esto lo sé en mis propias carnes) conseguir trabajo o mantenerlo es muy complicado. A pesar de que echa miles de horas en el trabajo no parece estar llevándolo nada mal, a veces está cansada pero no se trata de un trabajo que la esté amargando o deprimiendo. Lo que sí lo está haciendo es la actitud de su gente cercana que incluso le quitan el móvil cuando la llama Miranda durante una cena (como Community Manager, a mí me hacen eso y saco un lanzallamas y me que do sin amigos). El novio en cuestión es el peor, me parece incluso más rastrero que Miranda porque ella al menos es clara con su actitud y sus intenciones, mientras que Nate se considera el bueno y héroe de la historia.
Aunque Andy no es tampoco perfecta. Mira por encima del hombro a todos sus compañeros de trabajo e incluso a Miranda, su propia jefa. El mundo de la moda le parece superficial y ella tiene una visión más intelectual de la vida. Ya me cuesta imaginar que alguien sin conocimientos de moda consiga un puesto como el de ella cuando yo si quiero aplicar en una oferta de marketing para una empresa de cualquier tipo, me piden conocimientos del sector concreto al que se dedican (videojuegos, cine, moda, motor…) pero si por lo que sea no es un tema que te interese a nivel personal, te lo callas y te lo guardas como buena profesional. Yo he trabajado en el Hola sin tener ni idea de los famosos de clase alta y en ningún momento se me ocurrió faltar al respeto a mis compañeros a los que puede que sí les gustase todo el tema de la prensa rosa.
Hacerte notar para que todos vean que ese campo es inferior a tus inquietudes no te hacen mejor persona, sino poco merecedora de tener ese trabajo. Sin lugar a dudas, Emily se merecía mucho más ese viaje a París.