No, de verdad. Que no lo sé. La película Simply Irresistible, traducida al español como Seducción a la carta, es una comedia romántica del montón que no debería ni recordar. Puede que el buen hacer de Sarah Michelle Gellar y lo guapa que sale tengan mucho que ver con el cariño que le tengo a esta historia.
La química entre Gellar y Sean Patrick Flannery es nula pero tiene unos secundarios de lujo que roban gran parte de la atención como Amanda Peet (con un personaje que no se la merece) o Patricia Clarkson que está deliciosa y encantadora. La historia no tiene ningún interés, ni sentido. Un señor decide entregar a escondidas a Amanda (Gellar) un cangrejo mágico que será el que le otorgue el don de la buena cocina, algo que le vendrá de perlas ya que está a punto de perder el restaurante que perteneció a su difunta madre.
Este cangrejo además le mostrará su destino amoroso cuando la una a Tom (Flannery) un joven magnate de un centro comercial de éxito. La magia hará que pasen cosas extrañas a su alrededor y los sentimientos que ambos empiezan a tener el uno por el otro se empezarán a poner en duda cuando él sospeche que ella es realmente una bruja. Como en toda historia de amores mágicos, tenemos un final feliz y una historia que pasa sin pena ni gloria pero que, no sé el motivo, me reconforta.
Siceramente creo que es porque Sarah Michelle Gellar está guapísima y porque cada vez que veo esta película me entrata tanta hambre que acabo comiendo bollería. Lo cierto es que una de las cosas que más necesito en esta vida es probar los famosos caramel éclair de Amanda.