Publicado en Películas

The Dark Corners of Netflix. Hoy: ‘The Temp’ (1993)

Bienvenidos a The Dark Corners of Netflix, una columna semanal donde viajaremos a los rincones más oscuros de la plataforma de contenidos digitales, o sea, a sus series y películas más chungas. A veces encontraremos verdaderas joyas y otras, quizá la mayoría, nos toparemos con productos a los que no habría que acercarse ni con un palo. Pero nosotros nos acercamos porque somos valientes, porque queremos protegeros del peligro y porque, por supuesto, queremos echar unas risas. Hoy nos adentramos en The Temp (1993).

Esta película va de una empresa de galletas. Ya empieza la cosa fuerte. En la descripción de Netflix viene una imagen así como noir de dos amantes y la etiqueta “thriller” pero luego le das al play y… galletas. Os cuento el argumento: la empresa en cuestión quiere sacar unas nuevas galletas de la abuela al mercado y una trabajadora temporal recién llegada (la “temp” del título) empieza a eliminar uno a uno a sus compañeros de trabajo con tal de escalar puestos en la empresa galletera. En serio, no me lo estoy inventando. La cosa sería divertida si no fuera porque el guión se toma su propia historia en serio, al igual que los actores, que parece que estén en un drama adulto digno de la Palma de Oro en lugar de la chufla en la que están metidos (Faye Dunaway tiene momentos que parece que va a por el Oscar).

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En el reparto tenemos a Timothy Hutton con pelazo (y un vestuario que es pa’ verlo), a Steven Weber (el del Resplandor televisivo al que hace poco vimos en aquella de miedo tan loca de Netflix), ¡a Murdock del Equipo A!, a Oliver Platt, a Maura Tierney de mi querida Urgencias (super-jovencita) y a Lara Flynn Boyle haciendo de femme fatale con unos cardados imposibles. El coqueteo retorcido y absurdo de Lara Flynn Boyle y Timothy Hutton solo es interrumpido de vez en cuando con presentaciones de nuevas galletas con pasas y visitas a las fábricas donde se hacen las galletas para ver si están ricas. Esto, insisto, es una película de verdad. Mi consejo es que os alejéis de ella todo lo que podáis (el final es de no creer y te hará pensar en Phoebe Buffay) y que, si vais a comer galletas, os comáis unas artesanas antes que unas de bote; si vamos a hacerlo, vamos a hacerlo bien.

Volveremos a explorar The Dark Corners of Netflix la semana que viene. Si tienes una recomendación oscura que hacernos que podamos encontrar en la plataforma, hazla en los comentarios.

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