Renée Zellweger, eterna Dorothy Boyd, tiene un algo distinto. Hay algo en sus interpretaciones que a mí me suena a fresco, a traviesillo, a divertido. Incluso en los dramas, incluso en los papeles de “aquí voy a por el Oscar”; yo siempre he notado ese algo en ella, y por eso siempre me ha gustado más allá de lo buena o mala que fuera la peli (fui a ver una al cine en la que hace de enfermera a la que se le va la cabeza que… la mare meba, aquello no era demasiado bueno…). Pero ese aire pizpireto que a mí me resulta encantador y hasta entrañable es algo que echa para atrás a mucha otra gente; tengo un amigo que no soporta sus “mohínes” y creo que no vería una peli de la Zellweger ni aunque le pagaran. Pero a mí siempre me ha gustado, desde Empire Records hasta Chicago, pasando por Jerry Maguire, las tres de Bridget Jones (reivindico desde aquí la divertida tercera parte) o hasta Abajo el amor. Este interminable párrafo de introducción viene a cuento de su serie de Netflix, What If o Dilema en España. La serie, del creador de Revenge, parecía un guilty pleasure de manual, bien armada para escandalizar non-stop en cada episodio… pero si sigo con ella es tan solo por Renée.
Sí, veréis, la cosa apuntaba maneras en el piloto, con esa especie de actualización de Melrose Place con toques sentimentaloides de This Is Us… pero estoy en el episodio cuatro y no sé si quiero seguir. Quiero seguir viendo a Renée y su pelucón, yes, pero… ¿quiero seguir viéndola en este fregao?
Aquí la Zellweger hace de mala-malísima (con trauma secreto, ojo), moviendo los hilos siempre que quiere (y quiere siempre) para manipular a cuantos la rodean. Su interpretación, menos pizpireta que de costumbre, es disfrutable, pero hija mía, o empiezas a revelar cositas o voy a retomar la segunda temporada de Schitt’s Creek (que no está mal, y no solo porque se apellide Creek).
Otro cosa a la que agarrarme para acabar la temporada (parece que el final es mega-sorprendente) es la chica de Suborgatory, serie de la que solo he visto medio episodio una tarde rara y me encantó y prometí verla entera algún día que nunca llegará. En mi mente a esta chica «buena y con valores» la considero la Alison Parker de What If mientras que Renée es la Amanda Woodward… A falta de pan, buenas son tortas.
PD. Tras descubrir que Renée pone voz a un personaje de Bee Movie, y tras descubrir lo famosa que se ha hecho la peli en internet, TENGO QUE VER ESTA PELÍCULA AHORA.