Powerless, ya lo dice su propio titulo, es muy floja (oye, al menos da lo que pone en la lata). La premisa molaba (una empresa que tiene que lidiar con los daños colaterales provocados por los superhéroes), los títulos de crédito son UNA MARAVILLA ABSOLUTA (Emmy ya al responsable) pero los chistes son… a ver… cómo decirlo… digamos que están más cerca de Spawn con John Leguizamo que de El Caballero Oscuro. Vamos, que son una calamidad. Y es una pena que los chistes no funcionen (si se rodara con público en directo quizá no caerían muertos al suelo en cuanto salen de la boca de los actores), porque lo cierto es que la serie tiene buenos mimbres. A saber:
Los actores están estupendamente elegidos y cada uno tiene ya bastante bien perfilado su personaje desde el primer minuto, la factura del producto es excelente (los efectos especiales son más que correctos) y el optimismo incurable del personaje de Vanessa Hudgens es contagioso. Uno querría seguir viendo la serie tan solo por verla a ella… pero la vida es corta y hay muchas cosas que ver. Sin ir más lejos, he tardado una eternidad en ver Que Dios nos perdone, una de las mejores películas españolas que he gozado en los últimos años. ¿Ves a lo que te enfrentas, Vanessa Hudgens? You are Powerless here!
Aprovecho la ocasión para recomendaros tres series recientes mucho más graciosas que Powerless, en mi humilde opinión: Broad City (las dos protas son LO MÁS), mi querida Amy Schumer y su show de sketches (no todos son la bomba, pero los buenos son muy buenos) o la moderna-pero-divertida Search Party. Como bola extra os recomiendo Cougar Town, mi auténtica sustituta de Friends (las temporadas 2, 3, 4 y 5 son geniales, la complicidad entre los personajes es demencial).